REALIZAN MANIFESTACIONES A UN AÑO DE DETENCION DE ARGENTINO
Barcelona, 2 de febrero (Télam, por Cecilia Guardati).- Varias manifestaciones se realizarán el domingo próximo en Buenos Aires, Barcelona y otras ciudades europeas para exigir la libertad del argentino Juan Pintos, detenido hace un año en la capital catalana por su presunta participación en la agresión a un guardia urbana.
Barcelona, 2 de febrero (Télam, por Cecilia Guardati).- Varias manifestaciones se realizarán el domingo próximo en Buenos Aires, Barcelona y otras ciudades europeas para exigir la libertad del argentino Juan Pintos, detenido hace un año en la capital catalana por su presunta participación en la agresión a un guardia urbana.
La madre del joven, María Inés Garrido, quien se encuentra en España apoyando a su hijo, dijo a Télam que teme que no se lleve a cabo un "juicio justo", ya que el mismo tribunal que investigó el caso y no aceptó las pruebas que exculpan a su hijo será el que posiblemente tenga a su cargo el juicio oral.
El embajador argentino en España, Carlos Bettini, recibió hace unos días a María Inés en Madrid y se comprometió a seguir muy de cerca la situación, para velar por los derechos de su hijo.
Juan, de 23 años, está acusado junto a otros ocho jóvenes de participar de la agresión a un guardia urbana que quedó en coma durante los disturbios ocurridos el 4 de febrero de 2006 en la puerta de una casa "ocupada", propiedad del ayuntamiento (municipio) de Barcelona, donde se realizaba una fiesta ilegal a la que asistieron más de 1.000 personas.
Seis de los nueve jóvenes que presuntamente están implicados, quedaron en libertad hasta que se celebre el juicio, mientras que Juan y los chilenos Rodrigo Lanza y Alex Cisterna, cumplirán un año en prisión el próximo domingo.
Los tres jóvenes de origen sudamericano están acusados de un delito de "atentado a la autoridad con uso de arma peligrosa", que implica entre cuatro y seis años de prisión, y otro de "lesiones
graves", por el que enfrentan hasta 12 años de cárcel.
graves", por el que enfrentan hasta 12 años de cárcel.
En el caso de Pintos, tiene nacionalidad española pero denunció "discriminación" por parte de la justicia de este país, ya que aunque es español la jueza le niega la libertad provisional argumentando que existe razonable riesgo de fuga por su falta de arraigo debido a que su madre vive en Argentina. "La jueza puede tener otros motivos, pero decir que los familiares próximos le van a facilitar la fuga es inconcebible", dijo María Inés, al tiempo que subrayó que con esta decisión "el transcurso del tiempo está convirtiendo la prisión en definitiva".
"Se está dando una situación de discriminación típica del español retornado que no nació en España", agregó la madre de Juan, cuyos padres nacieron en Galicia, de ahí que ella y su hijo
también sean gallegos.
En tanto, los abogados de la defensa de los tres jóvenes de origen sudamericano, apoyados por organizaciones sociales y de derechos humanos, consideran que "no existen las garantías
procesales para un juicio justo" en vista de las irregularidades de la investigación judicial.
Desde el principio, los tres jóvenes denunciaron que sufrieron "torturas" y un trato vejatorio y amenazador por parte de los agentes de la Guardia Urbana y los Mossos dïEscuadra (policía
catalana), en el momento del arresto y su traslado a la comisaría.
A raíz de estas denuncias, dos guardias urbanos están imputados por torturas en una investigación que la misma jueza abrió por separado a la causa principal en la que inculpa a los
tres jóvenes por las heridas causadas al guardia urbano de 39 años el 4 de febrero.
Las diligencias previas sobre este asunto, que está estrechamente vinculado con el otro, comenzó la semana pasada con las declaraciones del jefe del operativo policial quien aseguró
que la heridas sufridas por Juan en una mano y la cara, fueron ocasionadas en una "caída brusca", aunque también admitió que lo golpeó con su porra y lo arrastró por el suelo.
que la heridas sufridas por Juan en una mano y la cara, fueron ocasionadas en una "caída brusca", aunque también admitió que lo golpeó con su porra y lo arrastró por el suelo.
También declaró Juan, quien insistió en que durante su permanencia en la comisaría de los Mossos le "obligaron a desnudarse, y ponerse en cuclillas, mientras un agente con el rostro cubierto los filmaba".
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