7.05.2006

DIARIO LA NACION DE CHILE - JULIO 4

DELIA AMÉSTICA, MADRE DE UNO DE LOS CHILENOS DETENIDOS EN BARCELONA

"Esto no es juicio, es un enjuiciamiento"

La mamá de Álex Cisterna dice que no ha habido voluntad de la justicia española para investigar con todas las pruebas en la mano el caso de los tres sudamericanos detenidos desde febrero pasado. "No han tomado en cuenta las contradicciones del caso", dice. La madre del argentino Juan Pinto, María Inés Garrido, siente lo mismo. "Nadie nos asegura un juicio con las garantías debidas", dice desde Buenos Aires.

José Miguel Jaque
La Nación

La última vez que Delia vio a su hijo Álex Cisterna fue en marzo pasado en la Cárcel Modelo de Barcelona. "Cuando entré, no me dejó que le levantara la ropa. Yo quería verlo. Tenía hematomas en la cara, en las manos... era una persona morada con ojos rojos. Me dijo 'mamá, si yo hubiera hecho algo, en este minuto te pediría perdón. Pero no hicimos nada'", recuerda.

Álex, de 25 años, y sus amigos Rodrigo Lanza, también chileno ( 21 años), y Juan Pinto, argentino (22), fueron detenidos e incomunicados la madrugada del 4 de febrero pasado acusados de atentado a la autoridad y lesiones graves por su supuesta participación en una pelea entre miembros de la Guardia Urbana local y una muchedumbre que participaba en una fiesta en un teatro ocupado por grupos de inmigrantes. En los incidentes resultó gravemente herido un agente de la Guardia Urbana.

Hoy cumplen 16 días en huelga de hambre porque son los únicos detenidos a los que no se les ha permitido esperar el juicio -que aún no tiene fecha- en libertad. Mariana Huidobro, la madre de Rodrigo, hace lo mismo desde fuera de la cárcel. El 13 de junio, los tres sudamericanos presentaron la petición de libertad condicional al Juzgado de Instrucción Nº 18 de Barcelona. Pero no corre para ellos. Son sudamericanos y se pueden fugar, es la respuesta.

Tal como señala la madre de Pinto en Argentina, Delia dice que hay xenofobia. "Obviamente. Está escrita y declarada. Juan tiene la nacionalidad española, pero la audiencia provincial dice que no porque él admitió ser argentino, y yo entiendo que ser argentino no es delito".

ESA NOCHE

Alex estudiaba en la Escuela de Cine de Barcelona. Llegó a fines de 2001 a España de paseo, pero conoció a una catalana y se casó con ella en octubre del año siguiente. Con Rodrigo se conocieron por amigos en común. Mariana, la madre, vive en Milán y sus hermanos estudian con él en Barcelona. Son amigos desde hace un par de años.

"Ellos venían de la despedida de Mariana, que partía a Italia. Ya había incidentes en ese momento en el lugar. Juan explicó que querían pasar al metro y lo golpearon. A Álex también lo golpearon, en la cadera. Eso lo tiró al suelo. Ellos ni siquiera entraron a la fiesta", relata Delia.

Lo que causó la grave herida al policía aún no está del todo claro. Delia cuenta que el alcalde de Barcelona, Joan Clos, declaró una horas más tarde del incidente a la radio y la televisión que el guardia fue golpeado por una maceta que cayó desde un piso superior del teatro Sant Pere Mes Baix. Luego, Clos cambió su versión. Dijo que lo habían golpeado con una piedra lanzada desde la calle. Delia asegura que no hay pruebas que lo acrediten. "Si el alcalde salió diciendo que al agente lo había golpeado una maceta, alguien se lo tiene que haber dicho, pero después cambió la versión y no quiere decir de dónde sacó esa información".

Para Delia, los tres sudamericanos están en la indefensión. "Esto no es un juicio, es un enjuiciamiento", asegura.

LAS CONTRADICCIONES

Delia asegura que desde su lugar de madre, podría perder credibilidad. Pero tiene documentos en la mano. Varios. Y desde ahí, habla de las contradicciones en el juicio. "Porque no hay nada que los acuse", asegura.
"Es imposible concluir cuál es el lugar donde se produce la agresión. Entonces, ¿cómo se explica que los agentes de la policía hayan visto la trayectoria de una piedra de cinco por ocho centímetros?", comenta la mujer. "Dicen que ellos tiraron piedras que sacaron de una construcción, y hay un acta notarial con fotos que está en el expediente que demuestra que ese lugar está rodeado de una malla metálica de tres metros de altura y es imposible sacar piedras de ahí", agrega.

Delia dice que, tal como argumentan los abogados, tampoco se tomó en consideración la palabra de los paramédicos que entran en contradicción con los agentes. "Cuando ellos llegan al lugar, les preguntan a los agentes cuál es el motivo de la lesión que tenía en el suelo al agente herido. Nadie supo contestar. Nadie supo qué lo hirió. Los agentes no sabían por qué estaba su compañero en el suelo. Y esa declaración de los paramédicos está en un aparte del proceso".

Es más, según un informe firmado por Manuel Rodríguez Pazos, médico especialista en medicina legal y forense, puede excluirse las lesiones por un supuesto traumatismo directo en la región frontal. Para haber generado lesiones por continuidad en la parte posterior de la cabeza, necesariamente debiera haberse producido una lesión en las estructuras ósea frontales, dice el certificado. "Lo que el agente tiene es una pequeña contusión en la zona frontal junto a la nariz producto de roce de cemento. Por eso puede excluirse que las lesiones sean producto de una pedrada sobre la frente".

La petición de libertad no fue la única que se realizó el 13 de junio. Los abogados de los detenidos presentaron en la misma fecha una queja a la Comisión de Relación con la Administración de Justicia para ejercer libremente la profesión de abogados y poder detener de un modo digno a los tres inculpados.
"Imagínate. Ni los abogados sienten que hay justicia en este caso. Nosotros tampoco", concluye la mujer.

MADRE DE PINTO: "EL QUE TIRÓ LA MACETA ESTÁ LIBRE"

María Inés Garrido no está tranquila. Dice que trató de disuadir a su hijo para que no iniciara la huelga de hambre, pero no hubo caso. Juan Pinto cumple hoy dieciséis días sin ingerir alimento, sólo recibiendo agua. "Ya perdió más de siete kilos", cuenta desde Buenos Aires.

La mujer comparte el argumento de Delia sobre la nula voluntad de la jueza por hacer bien su trabajo. "En estas condiciones, nadie nos asegura un juicio con las garantías debidas. A los chicos se les ha negado toda posibilidad de defenderse. Yo pensé que estas cosas sólo pasaban en la Argentina".

María Inés dice que hay cosas que no se pueden creer. "Mi hijo tenía un cargo excarcelable igual que el de los otros seis europeos que fueron dejados en libertad, pese a que tiene nacionalidad española. La razón fue que vivo en Argentina y se puede fugar. Pero había una alemana y un portugués nacidos en las Islas Azores a los que sólo se les retuvo el pasaporte y están en libertad hasta el juicio. Ellos pueden moverse por toda Europa con el DNI".

Para la mujer, en este caso se necesitaron responsables y se buscó dentro de los detenidos a los más vulnerables. Dice que si hubiera habido un moro o un africano, lo habrían apuntado como el responsable de todo. ¿Por qué? "El teatro es de propiedad del ayuntamiento. El 30 de enero tenían una orden judicial de desalojo que no la cumplieron. La fiesta empezó el 3 de febrero. Se están tapando responsabilidades previas y posteriores".

"No es casual que el alcalde haya cambiado su versión", insiste la mujer. "No es casual que se haya levantado todo en el lugar del accidente y mucho menos casual es que se haya permitido que salgan mil 200 personas de una casa donde podría haber estado el agresor y no identifiquen a nadie".

"Lo peor, concluye, es que quien tiró la maceta está libre y eso no le importa a nadie. Pero estamos dispuestos a seguir y perseguir esta causa porque este es un típico armado policial".

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