6.27.2006

- CABLE DE TELAM - JUNIO 26 - CORRESPONSAL EN BARCELONA -

JOVEN ARGENTINO DETENIDO LLEVA UNA SEMANA EN HUELGA DE HAMBRE

Barcelona, 26 de junio (Télam, por C. G.).
Un joven argentino, Juan Pinto, cumplió hoy una semana de huelga de hambre en prisión en repudio a las presuntas arbitrariedades cometidas por la jueza que instruye la causa en su contra y que lo acusa de "atentado a la autoridad" y "lesiones graves" a un Guardia Urbano de Barcelona, informó su abogada.
Además de Pinto, otros dos jóvenes chilenos, Alex Cisterna y Rodrigo Lanza, que están detenidos e imputados por los mismos hechos, y la madre de uno de ellos, Mariana Huidobro, mantienen la medida de fuerza desde el pasado 19 de junio sin que se haya producido ningún cambio en sus condiciones de detención.
"Toda la familia, los amigos, y su novia estamos muy preocupados, primero por su salud, y porque estamos indignados frente a la situación que los hizo llegar hasta aquí", afirmó en declaraciones a Télam María José, la hermana de Juan.
"Están perdiendo mucho peso cada día, legalmente están agotados todos los recursos, y la jueza no se movió de su posición, por eso los chicos están determinados a seguir adelante con firmeza con esta decisión", agregó la abogada de Pinto, Encarna López Manrique.
Los tres jóvenes fueron detenidos durante los incidentes que se produjeron el pasado 4 de febrero, en los que resultó herido de gravedad un Guardia Urbano en la puerta de una casa "ocupada", conocida como la Anarko Peña Cultural, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, donde se realizaba una fiesta ilegal.
Los detenidos del "4 de febrero", como se conoce el caso en Barcelona, ya llevan más de 4 meses en prisión y se les negó la libertad provisional en reiteradas ocasiones, una decisión que los abogados de la defensa recurrieron debido a su "arbitrariedad" y "desmesura", afirmó Encarna López.
Los tres jóvenes se declaran inocentes, y afirman que venían de paso por el lugar, cuando iban en dirección al subterráneo, y que al llegar y ver a la policía cargando contra un grupo numeroso de personas intentaron irse, pero fueron detenidos.
Al ser detenidos y durante su permanencia en la comisaría, los tres jóvenes sufrieron malos tratos que fueron denunciados por sus abogados.
"Juan sufrió golpes terribles en el momento de la detención, le quebraron una mano, los dedos, un brazo y le fisuraron la otra mano", explicó María José.
Además, "tenía muy mal un ojo, ya que fue golpeado reiteradas veces mientras estaba boca abajo en el suelo, y también le arrancaron un mechón de pelo, dejándole un agujero", contó a Télam la hermana del joven detenido.
La denuncia por "torturas" aún no fue resuelta por la jueza Carmen García Martínez, del Juzgado de Instrucción Número 8 de Barcelona, aunque el magistrado aclaró que llevaría ambos casos por separado, ya que los acusados de malos tratos son a su vez los testigos en el caso contra los tres jóvenes que fueron procesados.
La primera versión oficial de los hechos, transmitida por el Alcalde (intendente) de Barcelona, Joan Clos, indicaba que la herida del Guardia Urbano había sido causada por una maceta arrojada por una de las ventanas de la casa ocupada.
Horas después, esa versión fue cambiada por otra que aseguraba que había sido "una piedra lanzada desde la calle y los culpables están perfectamente identificados", según consta en el informe que hacen los policías en la comisaría. Aquel día hubo un total de 9 detenidos, 6 de ellos europeos, nacidos en Europa, que fueron dejados en libertad con cargos hasta el momento del juicio, mientras los otros tres, Pinto, nacido en Argentina, con nacionalidad española, y Lanza y Cisterna, nacidos en Chile y con nacionalidad española y chilena, fueron puestos en prisión y se les negó la libertad provisional.
La abogada de Pinto afirma que a su cliente "se lo está castigando de una manera incomprensible, ya que no se está teniendo en cuenta su condición de ciudadano español".
Los abogados de la defensa denuncian que sus clientes son víctimas de la "arbitrariedad" de la jueza de instrucción, ya que no hay pruebas en su contra, sólo las declaraciones de tres policías y que se contradicen entre sí.
"Tampoco hay testigos presenciales, porque los vecinos que hicieron declaraciones por televisión después fueron intimidados por la policía local", ni se preservó el lugar, ya que el servicio de limpieza del Ayuntamiento pasó por allí antes que llegara la policía científica", denuncia la abogada.
Por otro lado, la jueza no tuvo en cuenta los informes forenses de la defensa que son concluyentes. (Télam).

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