Cable de Europa Press - 24 de enero de 2006 -
La juez imputa a los agentes que detuvieron a uno de los encarcelados por dejar en coma a un guardia urbano en Barcelona.
La juez de Instrucción número 18 de Barcelona ha imputado a dos agentes de la Guardia Urbana que participaron en la detención de los tres jóvenes encarcelados el pasado año por dejar en coma a otro policía municipal. El suceso ocurrió el pasado 4 de febrero, durante los altercados que se produjeron a las puertas de la fiesta ilegal celebrada en un edificio 'okupado' de la calle Sant Pere més Baix, donde se reunieron más de 1.000 personas.
La magistrada decidió el pasado 8 de junio continuar el proceso contra los tres jóvenes, Rodrigo Andrés L.H., Álex C.A. y Juan P.G., a los que se acusa de lanzar dos piedras contra el guardia urbano J.S.D., de 39 años, quien cayó al suelo y quedó en coma al sufrir un traumatismo craneoencefálico y fractura de la base del cráneo.
La juez instructora les imputa, concretamente, un delito de atentado a la autoridad con uso de arma peligrosa, que implica entre cuatro y seis años de cárcel, y otro de lesiones graves, por el que se enfrentan a entre seis y doce años de prisión.
Desde el primer momento, no obstante, los tres encarcelados denunciaron ante la juez los presuntos malos tratos, torturas y vejaciones que sufrieron por parte de la Guardia Urbana y de los Mossos d'Esquadra en el momento de su detención y posterior traslado a comisaría.
La magistrada decidió abrir diligencias para investigar estos hechos y ahora, casi un año después y con la instrucción sobre la agresión al guardia urbano casi concluida, ha decidido citar a declarar como imputados a los dos agentes que arrestaron a Juan P.G., que comparecerán ante la juez el próximo viernes.
Según informaron a Europa Press fuentes judiciales, el joven, que permanece recluido en el centro penitenciario de la Trinitat de Barcelona desde que fue detenido, declarará también el mismo día, en este caso como testigo. En lo que respecta a los otros dos jóvenes encarcelados por la agresión al guardia urbano, Rodrigo Andrés L.H. y Álex C.A., la juez instructora todavía debe tomar una decisión respecto a las denuncias que presentaron por los presuntos malos tratos y vejaciones que, como Juan P.G., habrían sufrido a manos de los agentes, ya que, pese a que se trata de hechos conexos, se están tramitando de forma independiente.
"PORRAZOS Y PATADAS" DE LOS AGENTES.
Juan P.G. mantiene que sobre las 6.30 horas del pasado 4 de febrero pasó por las inmediaciones de la calle Sant Pere més Baix junto a Rodrigo Andrés L.H. y Álex C.A. y que, al observar que un grupo de jóvenes discutía con agentes de la Guardia Urbana, optó por alejarse del lugar, resbalando en ese momento y cayendo al suelo.
Según consta en su denuncia, a la que ha tenido acceso Europa Press, uno de los policías municipales imputados se dirigió entonces hacia él "con actitud agresiva" y, sin mediar palabra, empezó a golpearle con la porra para, después, arrastrarle hacia el medio de la calle y esposarle.
"Seguidamente me arrastró por los pelos hasta donde estaba un guardia urbano herido y, en ese momento, empezaron a pasar agentes de paisano que me insultaban y me pegaban porrazos y patadas", señala la denuncia. "Uno me pisó las manos, que estaban esposadas a la espalda, y otro me gritó que mirara a su compañero herido y, cuando volví la cabeza, me pateó el ojo derecho", añade.
El joven asegura que durante el trayecto hacia la comisaría, los agentes le dijeron a él y al resto de los detenidos que mantuvieran la cabeza mirando al suelo. "En el viaje nos insultaron --llamándonos guarros y asesinos-- y a mí me amenazaron con matarme si su compañero moría", afirma Juan P.G.
Según la denuncia, los insultos prosiguieron cuando los detenidos fueron trasladados a diferentes hospitales de Barcelona para ser atendidos de las lesiones que presentaban. Además, según el joven, "uno de los guardias urbanos que iba de uniforme nos sacó fotos a otros dos detenidos y a mí con su móvil y nos dijo que si nos veía en algún lado nos iba a matar a los tres".
LE FILMARON EN ROPA INTERIOR.
Una vez en los calabozos de la comisaría que los Mossos d'Esquadra tienen en el distrito de Sants-Montjuïc, los agentes presuntamente trasladaron a Juan P.G. a una estancia y le obligaron a quitarse la camiseta, las bambas y los pantalones, mientras un agente de paisano "con el rostro oculto" le filmaba con una cámara.
"Cuando estaba en calzoncillos me dijo que me los bajara, que me levantara 'mis partes' y que me pusiera de cuclillas y, después de vestirme, fui llevado nuevamente al calabozo", explica el joven.
Juan P.G. asegura también que durante las 48 horas que se prorrogó su detención sólo le ofrecieron dos bocadillos y un vaso de agua. Además, según el joven, no le facilitaron papel higiénico y los agentes se dedicaron a interrumpir las horas de sueño "haciendo ruidos molestos y golpeando los barrotes de las celdas aproximadamente cada dos horas".
Al mismo tiempo, prosigue la denuncia, "proferían insultos y amenazas tales como 'asesinos, guarros, no sois tan valientes cuando estáis solos' o 'si a nuestro compañero herido le pasa algo, de aquí no salís vivos'". "Durante los traslados a los juzgados nos amenazaban y nos decían 'juntos tienen cojones y ahora no dicen nada, habría que matarles ya'", añade el joven.
El próximo viernes, los agentes imputados deberán responder de estas acusaciones ante la juez, que ya dispone de los partes médicos relativos a las lesiones sufridas Juan P.G. durante su arresto. Por otra parte, los familiares y amigos de los tres encarcelados han convocado una marcha para proclamar la inocencia de los jóvenes el próximo 4 de febrero, coincidiendo con el primer aniversario de su detención.
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